Análisis de algunas leyendas becquerianas

Comienza el relato con una introducción escrita en primera persona y continúa con la narración en tercera persona hasta el final. Es una de las legendarias narrativas de Bécquer que destaca por su misterio y atmósfera inquietante. En esta leyenda, se relata la historia de un joven noble que, tras un encuentro casual en el bosque, se obsesiona con los hipnóticos ojos verdes de una misteriosa mujer. A medida que avanza la historia, se revela que la mujer es en realidad un espectro, condenado a vagar por el mundo de los vivos debido a un oscuro pacto con el diablo.
Esta narración se desarrolla en torno a una estructura de anticipaciones, donde desde el principio se insinúa el carácter sobrenatural de la mujer y el destino fatal que aguarda al protagonista. De tal modo, se genera una atmósfera de suspense y tensión que envuelve toda la narrativa, manteniendo al lector en vilo hasta el desenlace. Además, Bécquer utiliza una rica descripción de paisajes y escenarios para crear una ambientación evocadora, donde el bosque adquiere un papel destacado como escenario de encuentros fantasmales y acontecimientos sobrenaturales. Asimismo, el autor emplea el simbolismo de los ojos verdes como un elemento recurrente que representa tanto la seducción como el peligro y la fatalidad.

Esta leyenda es una de las más célebres. Esta narración cuenta la historia de un organista llamado Maese Pérez, que vive en la ciudad de Sevilla durante la época navideña. La leyenda se desarrolla en torno a la noche de Nochebuena, cuando Maese Pérez es invitado a tocar el órgano en la catedral para la misa de medianoche. Esa misma noche el organista fallece. Al año siguiente en la misma fecha los vecinos no querían que se tocase el órgano por respeto, pero el órgano se puso a tocar por sí solo, como si estuviera poseído por una fuerza sobrenatural. La hija de Maese Pérez aseguraba que era su padre el que lo estaba tocando. Lo que hace en esta leyenda es utilizar el simbolismo del órgano como un vínculo entre el mundo terrenal y el espiritual, y explora temas como la redención y la conexión etérea entre los seres queridos. La historia está impregnada de una atmósfera de misterio y nostalgia, que ha cautivado a lectores durante generaciones.

Esta leyenda narra la historia de Teobaldo, un conde cuya infancia estuvo marcada por la ausencia de sus padres. Desarrolló un carácter malicioso y cruel hacia los demás, sin mostrar respeto por la fe ni por la moral. Durante una jornada de caza infructuosa, Teobaldo busca refugio en una iglesia, donde desafía al religioso presente, rechazando cualquier creencia en lo divino. En un giro inesperado, un jabalí irrumpe en la escena, llevando a Teobaldo a una persecución frenética que termina con la muerte de su caballo y su consiguiente desamparo en un lugar desconocido. Un misterioso paje le ofrece un caballo negro y, al montarlo, Teobaldo se ve transportado en un viaje sobrenatural a través de paisajes celestiales y terrenales. Finalmente, este personaje se enfrenta a Dios, pero su arrogancia y descreimiento lo llevan a ser castigado con la ceguera y la caída en un abismo. Al despertar, se encuentra de regreso en el bosque donde comenzó su travesía, lejos de su castillo y desposeído de su riqueza. Humillado y arrepentido, busca refugio en una casa, donde es recibido con incredulidad y burla. Al regresar a su castillo al día siguiente, Teobaldo descubre que ha sido expropiado y entregado al clero debido a su desaparición y la ausencia de herederos. Ante la realidad de su destino, Teobaldo renuncia a su orgullo y se entrega a la fe, reconociendo su condición de miserable arrepentido y expresando el deseo de redimirse a través de la vida religiosa.